El caso de espionaje de la NSA y servicios de inteligencia británicos sigue dando que hablar. En Bélgica el tema está muy calentito tras descubrirse a través de la prensa que la mayor empresa de telecomunicaciones del país, Belgacom, habría podido ser objetivo directo de espionaje.
El primer ministro belga ya ha dado la orden a la fiscalía general para que investigue el asunto para lo que contará con la colaboración del Instituto Belga para los Servicios Postales y las Telecomunicaciones. Todo ello tras anunciar la propia compañía la detección de rastros de una «intrusión digital en el sistema informático interno» utilizando un «virus desconocido«.
Desde Belgacom no han apuntado directamente a la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana como responsable aunque los indicios y la sofisticación de los medios usados apunta a la misma. Más clara está siendo la prensa, como el diario De Standaard quien acusa a este servicio de inteligencia de manera directa de espiar el tráfico de voz del operador desde hace dos años. Según las informaciones, el control de la NSA habría estado centrado principalmente en las conversaciones de usuarios de BICS (Belgacom International Carrier Services) filial de Belgacom afincada en mercados de África y Oriente Medio.
Belgacom ha tratado de tranquilizar a sus usuarios asegurando que es poco probable que se haya producido un robo de datos personales aunque ha llevado a cabo tareas de mantenimiento limpiando los sistemas afectados y modificando contraseñas.
Este caso de espionaje destapado por Snowden parece que seguirá dando que hablar durante mucho tiempo más.