Donde los usuarios solo vemos un juego sencillo y divertido con el que pasar ratos muertos, los agentes de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ven un lugar ideal del que sacar datos de los usuarios. De acuerdo a las últimas informaciones derivadas de las filtraciones de Edward Snowden, un juego con Angry Birds (junto a otras aplicaciones de bajo nivel de seguridad) fue aprovedhado por la NSA y el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido (GCHQ) para recopilar todo tipo de información personal de los usuarios: desde sexo a localización geográfica.
Según se ha publicado en diversos medios como The Guardian o New York Times, tanto en la NSA como en el GCHQ han accedido a este tipo de aplicaciones para obtener detalles como códigos de identificación del smartphone donde se instalan, localización del dispositivo, sexo, edad y estado civil sirviéndose de debilidades en la red publicitaria de Angry Birds que proporciona dichos datos a agencias de marketing.
No se han datos específicos de los usuarios espiados sirviéndose de este simpático juego pero si se tiene en cuenta que la creación de Rovio cuenta con 1.700 millones de descargas, es fácil pensar en el potencial como fuente de información de este Angry Birds es enorme.
Pero no solo los pájaros cabreados han servido a NSA y GCHQ para nutrirse de datos personales. Casi cualquier app que se actualice en un terminal Android sirve a estas agencias de inteligencia para tener acceso a datos relevantes sobre los usuarios, en un inicio destinados solo a agencias de publicidad.
NSA y GCHQ compartieron sus métodos para extraer datos valiéndose de estas apps móviles consiguiendo una eficiencia tan alta que se encontrarían ante un caso flagrante de data creep, es decir, que conseguirían un volumen de datos superior al que son capaces de procesar.